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Madryn: Gustavo Sastre 8 mil votos arriba de UyO, mil abajo del Frente Patriótico

Las elecciones en Puerto Madryn fueron tal vez las más previsibles de toda la provincia.

Triunfo rotundo del oficialismo local, con Gustavo Sastre arriba de los 16 mil votos -perforando la barrera del 30%, cosa que en Trelew no pasó-; Leslie Roberts de Unidos y Organizados seguros segundos, con 17,80% (8.714 votos) y el elicechismo logrando un 11% (5.436 votos) con Alejandra Marcilla 500 votos encima de Claudio Tortotiello, pero por abajo del total de Cambiemos (6 mil).

No hubo corte de boleta en el oficialismo, aunque sí contra Gustavo Mackarthy en los votantes de Unidos y Organizados.

[Para ver los ganadores y perdedores de la elección provincial, ver acá]

El sastrismo demostró su tremenda potencia en campaña, una llegada profunda a los barrios y esta vez también mejoró su performance en barrios residenciales.

Aunque no logró ganarle al lema completo del Frente Patriótico (17050 votos), como sí pudo Mariano Arcioni, Gustavo Sastre le sacó a su inmediato competidor nada menos que el doble de votos (apenas menos de 8 mil).

Unidos y Organizados hizo una buena elección, confirmó lo esperable cuando muchos vaticinaban un rendimiento menor. Logró estar cerca de los veinte puntos, pero la distancia con el sastrismo es muy grande.

Así como era más facil que un mackarthysmo derrotado «acompañe» al linarismo (pero no al revés), no lo es que el elicechismo «acompañe» a UyO y aún hay que ver como se mueven Erika Caminoa y Luis Catalán.

Aunque el nivel de asistencia electoral 73% fue alto y el voto nulo, blanco o impugnado no tan alto (11%), a UyO le queda no solo el recurso de tratar de retener los 8500 votos justicialistas que no fueron suyos, sino además ir en busca de los 24 mil madrynenses que no ejercieron su voto.

Gustavo Sastre ya tiene la lleve del portón, pisó el jardín y solo le falta la llave de la puerta principal para entrar al municipio. Fiel a su estilo, en su discurso de victoria demostró que lejos de «hacer la plancha» redoblarán la tarea militante y a esta altura, solo un cisne negro (en ciencia política, un hecho inesperado que altera radicalmente el panorama) podría impedir su triunfo.

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